Llámalo como quieras.

Actualmente me encuentro sumida en un mundo tan diferente que no sé como definirlo...las calles parecen estar esperándote y el aire que corre por aquí no es ni mucho menos suave, insiste de una manera que te impide olvidarte de él.

Estoy lo que podría decirse pletórica, se me hace extraño porque es un adjetivo que nunca pensé que ultilizaría algún día para definir mi estado de ánimo, pero sí, lo único que no me deja dar ese paso para dar rienda suelta a mis instintos lo sé yo... Es frustante no saber como actuar por miedo a un incierto futuro, es complicado no saber qué hacer para no hacer daño a nadie.

Las contradicciones siguen  volviendo locos cada uno de mis sentidos, mi ojos ya no saben que miran o que deberian no mirar, mi olfato ya no sabe que aromas tiene prohibidos oler, mis manos ya no saben que rozar sin estremecerse, ya no saben cuando deben detenerse, y mis oídos ya no saben si escucharlo todo o seleccionar lo que les interesa...es como si no fueran capaces de responder a la cordura.

Pero mi subconsciente va más allá, y se aprovecha de su condición instalando en mi cabeza pensamientos y suposiciones en contra de mi voluntad. No es fácil nadar contracorriente cuando ésta es tan fuerte que por mucho que lo intentes sabes que poco podrás hacer frente a algo tan inevitable.

Sin nada más que objetar, afrontando la vida con positivismo.