el que no busca no encuentra...

jueves, 26 de noviembre de 2009

Mi 5º elemento.

Fuego... puede darte ese calor necesario en los momento más duros, y puede quemarte y destruirte de forma indiscriminada...sintiéndo cuando aún eres consciente como tu piel se consume... y sus llamas empiezan a devorar cada una de tus extremidades hasta llegar a tus órganos... y un foco de sentimientos se reduce a un cadáver carbonizado si con "suerte" no acabas en una montaña de cenizas...

Agua... aliviará tu sed, tu sed de venganza o puede anegarte, brindándote la oportunidad de sentir como se te escapa la vida mientras experimentas la ausencia de gravedad... y tus dedos se arrugarán mientras tu cuerpo acabará probablemente deshaciéndose...

Aire... t alimentará más que el agua... te despejará cuando una ansiedad sin piedad alguna invada tu pecho... un soplo de aire renueva... y aire convertido en suspiro te delatará, para bien o para mal... mejor no suspires...o sí ... no sé ...

Tierra... tierra! no hay nada más real que tocar con los pies en el suelo... vivir en la tierra y sentir que estás vivo aunque a veces desees desaparecer...

Y mi quinto elemento... es algo que me revitaliza a la vez que me quita la vida... lo necesito para vivir por que me hace soñar con un futuro mejor... por él daría la vida y por él mi ansiedad... por un pasado que reaparece y de ahí mis pesadillas... Por que he llegado a un punto en el que ya no sé como debería reaccionar... ya no sé que es lo correcto... ya no recuerdo que es el hambre por que cierra mi estómago sin mótivo aparente...
Me trastorna, y la falta de empatía me ataca sin escrúpulos... como si yo no fuera de este mundo y fuera imposible comprender como me siento... Es un elemento que me da vida y me destruye... es un alma capaz de crear en mi interior sentimientos hasta ahora desconocidos...
No sé como nombrarlo, es indescriptible... simplemente... es mi quinto elemento. Tú.

Shhh...esto es magia.

Silencio. Únicamente tu respiración, la mía, y el crujir de una espuma con aroma a nosotros.
Ésta crece sobre el agua caliente, bajo la que pueden suceder cosas extraordinarias.

Luz. Pero tan sólo la ténue lumbre que nace de unas velas, cuyas llamas se contornean de una manera que hace aún más especial si cabe un momento como este.

Tu cuerpo. Muy, muy cerca del mío...y esa gotita que tiene el valor de deslizarse por el perfil de tu nariz. Tu boca cerca de mi boca, y unos ojos brillantes se clavan en mi. Dilatadas pupilas que intentan adaptarse a tan mágico momento.

Mis dedos se atreven a recorrer tu pecho sin saber si estarán a la altura de poder tocarte, y se deslizan suavemente acompañados de gotitas que los siguen mientras se van sumergiendo...
y la sensualidad y la tensión hacen acto de presencia, y disfruto como nunca de darte ese placer que te provoca esa respiración que hace que mi corazón se acelere.

Y tan sólo el hecho de sentir como te contraes de gozo, y tan sólo escuchar tu respiración agitada que contagia a la mía, se revolucionan todos mis sentidos e incluso la noción del tiempo brilla por su ausencia, desvaneciéndose con ella las horas e ilimitando así este disfrute.

Tus caricias enloquecen mi mente y tus manos traviesas consiguen que toque el cielo con la punta de los dedos... y cuando por fin estás dentro de mi...te siento más mío que nunca...
y me acercas a ti con una ímpetu que no parece ser humana, y despiertas en mi un instito salvaje con el que los dos disfrutamos...apasionadamente.

Pasión. Se materializa en tus ganas de hacerme tuya, una locura descontrolada se apodera de nosotros, y tus besos parecen no ser de este mundo...y tu aliento entrecortado me excita como nunca antes había experimentado...y de repente, los dos saboreamos el éxtasis que sólo un amor como el nuestro puede segregar...

Una relajación indescriptible acude en ese momento invadiéndonos por completo, y me acerco a tu oído...y con un tono dulce, te susurro que te amo y que siempre estaré contigo, a lo que tu me respondes sin necesidad de palabra alguna con un beso y una sonrisa propia de un ángel caído de ese cielo en el que acabamos de estar.



30-X-09