el que no busca no encuentra...

miércoles, 7 de abril de 2010

Despertando del coma.

No sabría cómo explicar lo que es morir en vida, es decir, sentir que tu corazón late sin motivo alguno, sentir que mueres emocionalmente y ese músculo que bombea no te deja ser feliz, porque las ganas de dormir y no volver a abrir los ojos es aveces mi mayor deseo.
Sentir que has perdido el tiempo de una manera tan absurda y sentir que no te puedes fiar de nadie no es para nada un aliciente para tener ganas de seguir adelante.

No sé como expresar tanto daño en unas palabras que en eso se quedan, y aún así tu verdugo se rie cuando te ve agonizando. Pienso que en más de una ocasión desaparecer sería la opción más correcta, pero aunque realmente no vale la pena, no puedo evitar pensar que podría haber sido tan feliz y no podía ver mas allá de lo que yo intentaba creer.

Creer algo que me empeñaba en no ver, quiero deshacerme del nudo que me aprisiona la tráquea y la única manera es llorar una vez más por algo que no vale la pena.

Cruzar la calle sin mirar, dejar de comer, diazepan para dormir e intentar olvidar, y al volante pensar que sería tan fácil acabar con todo... barajar la posibilidad de acudir a una terapia que seguramente no me servirá para nada, sino más que para vaciarme el bolsillo...

Enloquecer de rabia y aún así tener que caminar con la cabeza bien alta y siempre sonriendo, es tan difícil salir adelante sin que nadie que sienta lo mismo que tú pueda entenderte, es realmente complicado sacar esas palabras que retumban una y otra vez en mi cabeza, ese sarcasmo que tengo clavado en el pecho y que no me deja vivir.

Me resulta increíble pensar como puede existir alguien con un corazón como piedra, cómo a pesar de los palos que me he llevado en la vida yo creía evidentes mentiras.
Como darse cabezazos contra la pared no sirve de mucho, una intenta seguir en pie aunque las piernas digan que ahí se quedan.

Una vez más siento que no avanzo, que nací y sigo sin saber para qué, la impotencia que impera en mi es tan grande y poderosa que por raro que parezca en mi estoy siendo capaz de mantener la calma.

Con un sigiloso paso voy aceptando que no existió nunca, que sólo fue una pesadilla de la que ya he despertado, enfoncádolo desde un coma profundo y pensando que ahora una nueva vida me espera.

Una vez más, nadaré hasta la superfície de ese oceáno lleno de mierda en el que estaba hundida, y una vez más me dire a mi misma que puedo con todo.

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